Agradezco los aportes interesantes que
se hacen habitualmente con mucho acierto. Al leer ahora lo de los buzones
comparto una nota que aparecerá en mi próximo libro Relatos para despeinar
fantasmas.
Cordialmente, Agustín.
"Los
chasquis trotaron la tierra americana de norte a sur y del oriente al poniente.
Eran los mensajeros.
Así
nació el correo: palabra derivaba de aquel que corre llevando las
informaciones, los encargos, los recados, los pedidos, las preguntas y las
respuestas.
Con
el tiempo se fue pasando de la memoria fabulosa de los chasquis al intercambio
de mensajes escritos. Los chasquis se
convirtieron en carteros.
Con
el crecimiento de las ciudades ya no se podía recoger la correspondencia casa
por casa. Se idearon entonces los buzones en donde se depositaban las cartas
que los encargados de correos recogían una vez al día para ser distribuida.
Los
buzones para cartas en las esquinas principales de los pueblos fueron un icono
del urbanismo popular.
El
avance de las tecnologías va tirando al borde del camino humano todo lo que
queda obsoleto. También los buzones.
Los
primeros habían aparecido en las ciudades allá por 1853, juntamente con el
nacimiento de los sellos o estampillas. Al comienzo la gente tenía miedo de
dejar en esos recipientes de fierro sus secretos: cartas de amor o de comercio,
cartas de familia o de oficina.
Cuando
el sistema llegó a los pueblos provincianos, el temor era mayor. El campesino,
desconfiado, ponía la carta en la ranura del buzón y pensaba tres veces antes
de darle el envión final.
Y
en algunas ocasiones, para asegurar su envío, acercaba el rostro a la abertura
y le gritaban hacia adentro la dirección del destinatario."