Gastón
Leroux, un acaudalado hombre de negocios parisino, fue hallado muerto con
violencia en su casa en 1892. La policía estaba desorientada, pues no pudo
encontrar ningún móvil para el asesinato: nadie había sustraído las joyas, el
oro o las grandes sumas de dinero que guardaba en su mansión.
Pero un detective
encargado del caso, que era filatelista, descubrió que la víctima tenía una
valiosa colección de sellos y observó la falta de un ejemplar de 2 centavos de los "misioneros" de Hawai color azul. Pronto averiguó que un amigo de Leroux, un tal Héctor Giroux,
era coleccionista de sellos. Se ganó su confianza y pudo comprobar que éste
también poseía sellos de Hawai, entre ellos un ejemplar de 2 centavos.
Hábilmente interrogado, Giroux acabó confesando que su ambición incontrolable
de poseer este sello le indujo a matar a Leroux, tras negarse éste
repetidamente a vendérselo. Pagó su delito con la horca. La veracidad de la historia, recogida en numerosos libros y publicaciones filatélicas, es todavía motivo de polémica al cabo de más de una siglo. Pero formará siempre parte de la leyenda de estos sellos.
Saludos