martes, 14 de abril de 2015

RUSSELL BECKETT LACKINGTON

RUSSELL BECKETT LACKINGTON


         Al compás de la Comparsita y con relatos sorprendentes acerca de la bonhomía de este viejo amigo por casi 60 años, se despidieron sus restos en la Iglesia anglicana en un ambiente de fervor y dolor por su partida al Reino de Dios.
Todas las características, tanto de seriedad, de corrección, de sabiduría y de un ser ajeno a las mediocridades de otros hombres, retrataron de forma íntegra sus condiciones de pureza y amistad.
         En sus labores en la Superintendencia de Compañías de Seguros, Sociedades y Bolsas de Comercio, donde compartimos innumerables momentos de alegría, se caracterizó por ser un hombre de alta estatura en lo que se refiere a la rectitud en su procedimiento, Luego, en sus actividades como Liquidador Oficial de Seguros, donde fuimos colegas, su sapiencia lo situó en un lugar privilegiado, reconocido por sus pares.
Por otra parte, en su afán permanente de coleccionismo que abarcaba su amor por el tango, su dedicación a las tapas de botella, cajas de fósforos, etc. caminaba por los lugares más recónditos buscando sus piezas que le faltaban.
Finalmente, en su devoción por la filatelia, a la que dedicó toda su existencia, pero sólo se integró, cuatro años atrás, como miembro de la Sociedad Filatélica de Chile, alumbró con su forma de ser, a los contertulios de los días Martes, con sus conversaciones amenas e inteligentes, además, en su adquisición de numerosos lotes de filatelia en los remates, departiendo con los aficionados a los juegos de dominó, iluminando sus mentes con sus intervenciones inteligentes.
Descansa en paz, querido Russell, porque lo tienes muy merecido, luego de tu paso brillante por esta vida.


                                                    Ricardo Boizard G.