El plancheo es una especialización filatélica que consiste en
reconstruir la apariencia original de un pliego de sellos, en base a
ejemplares sueltos, tiras y bloques.
Para realizar esta tarea, el filatelista debe estudiar las características particulares que cada sello tiene, de acuerdo a la posición que ocupaba en el pliego. Esto implica disponer de muchos ejemplares del sello que está plancheando y revisar minuciosamente cada uno de ellos.
Es una labor lenta y compleja, en la que tiras y bloques son imprescindibles, sobre todo si corresponden a bordes de hoja e incluyen inscripciones o marcas de registro.
El plancheo se hace especialmente con sellos antiguos, en los que por los métodos más rudimentarios de duplicación de clisés o transferencias de bloque reporte, cada sello podía resultar con pequeñas variaciones en su diseño. La identificación de estas particularidades y la determinación exacta de la ubicación que tienen en el pliego, permiten establecer de qué posición del pliego proviene un sello suelto.
El tipo de anomalías o irregularidades que se busca identificar dependerá del sistema utilizado para imprimir el sello. En el caso de la litografía, se estudian las variaciones producidas durante la producción del bloque reporte y su posterior transferencia a la piedra litográfica.
En la tipografía, además de variaciones surgidas durante la duplicación de clisés, son importantes los desgastes y trizaduras que se puedan producir en la plancha.
Para el caso de la calcografía, un doble reporte o un retoque efectuado a la plancha, se convierten en pistas fundamentales para determinar y asignar posiciones.
En los sellos ingleses de la época victoriana, el plancheo es
mucho más fácil de realizar debido a que cada sello del pliego lleva en su
diseño unas letras de posición. El Penny Black, primer sello impreso en el
mundo, ya incluía esta característica. Además, a partir de 1858, se comenzó a
indicar en cada sello el número de plancha a la que pertenecía.
Entre los sellos de España, la única emisión que distingue la posición que ocupa cada ejemplar en el pliego es la de Alfonso XII de 1875, por medio de la numeración al dorso:
En los sellos emitidos a partir del primer tercio del siglo
XX en adelante, el plancheo se fue haciendo innecesario y menos atractivo
debido a que los coleccionistas y comerciantes comenzaron a adquirir y guardar
pliegos completos.
Con los modernos sistemas de digitalización de imágenes e impresión, los sellos actuales que conforman un pliego son prácticamente idénticos unos de otros, lo que hace muy difícil intentar su plancheo.
Con los modernos sistemas de digitalización de imágenes e impresión, los sellos actuales que conforman un pliego son prácticamente idénticos unos de otros, lo que hace muy difícil intentar su plancheo.
Saludos
Patricio Canessa